Tadeusz Różewicz

 


En la mitad de la vida

 

Después del fin del mundo

después de mi propia muerte

me encontré en la mitad de la vida

construyéndome

construyendo la vida

los seres los animales los paisajes

esto es una mesa —decía—

esto es una mesa

sobre la mesa pan y cuchillo

cuchillo para cortar pan

pan —alimento del hombre

al hombre hay que amarlo

—aprendía día y noche—

¿a quién debes amar?

yo contestaba: al hombre

esto es una ventana —decía—

esto es una ventana

detrás de la ventana hay un jardín

en el jardín veo un manzano

el manzano florece

pierde flores

se forman frutas

maduran

mi padre arranca una manzana

el hombre que arrancó la manzana

es mi padre

me senté en el umbral

esta anciana que pasa

arrastrando una cabra amarrada

vale más que siete maravillas del mundo

quien piensa y siente

lo contrario

asesina a la humanidad

esto es el hombre

árbol esto es

pan

los humanos comen para vivir

—me estaba repitiendo—

la vida humana es importante

la vida humana tiene peso

el peso de la vida

vale más que todas las cosas

creadas por los seres humanos

el hombre es un tesoro —insistía—

 

 

esto es agua —acariciaba

su superficie con las manos

dialogaba con el río

agua —decía—

agua buena

soy yo

el hombre le hablaba al agua

le hablaba a la luna

a las flores de la lluvia

a la tierra bajo sus pies

a los pájaros

y al cielo

no le contestaba el cielo

se quedó callada la tierra

si oyes una voz

brotando

de la tierra de los ríos del cielo

es una voz gemela

del otro

 

Tadeusz Różewicz

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