Percy Bysshe Shelley



Vino de hadas


Me embriagué de aquel vino de miel

del capullo lunar de zarzarrosa,

que recogen las hadas en copas de jacinto:

los lirones, murciélagos y topos

duermen entre los muros o en la hierba,

en el patio desierto y triste del castillo;

cuando el vino derraman en la tierra de estío

o en medio del rocío se elevan sus vapores,

de alegría se colman sus venturosos sueños

y, dormidos, murmuran su alborozo; pues pocas

son las hadas que llevan tan nuevos esos cálices.


Percy Bysshe Shelley 

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