Charles Simic
Hotel Cielo Estrellado
Millones de cuartos vacíos con televisores encendidos.
No estaba yo ahí aún, pero vi todo.
El Titanic en la pantalla como un
pastel de cumpleaños hundiéndose.
Poseidón, el recepcionista nocturno, apagó las velas.
¿Cuánta propina deberíamos dar al botones ciego?
A las tres de la mañana la máquina vende-chicles
en el lobby vacío
con su espejo recién trizado
es la nueva Madonna con su niño.
Charles Simic
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