Ocean Vuong

 


Un  poco más cerca del precipicio


Son lo suficientemente jóvenes para creer

que nada puede cambiarlos y así entran de la mano


 al cráter que dejó la bomba. La noche está colmada

de dientes negros. Su Rolex falso, que en unas semanas


se estrellará contra su mejilla, ahora se desvanece

como una pequeña luna detrás de su pelo.


 En esta versión la serpiente no tiene cabeza; está inerte

como una cuerda desatada de los tobillos de los amantes.


Él levanta su falda blanca de algodón y revela

otra hora. Su mano. Sus manos. Las sílabas

 

dentro de ellas. Oh, padre, Oh presagio, empuja

hacia su interior, mientras el campo se hace trizas


con el gemir de los grillos. Muéstrame cómo la ruina construye su hogar

con huesos de cadera. Oh, madre,


Oh, minutero; enséñame

a estrechar a un hombre como la sed


 estrecha al agua. Permite que todos los ríos envidien

nuestras bocas. Permite que cada beso golpee el cuerpo


 como una estación. Donde las manzanas retruenan

sobre el mundo con pezuñas rojas. Y yo soy tu hijo.



Ocean Vuong

Comentarios