José María Fonollosa





Broadway


El amor es un juego apasionante

y el mejor sustituto del amor.

De aquel amor inmenso, el amor único,

que uno halla varias veces por el tiempo.


El recíproco amor es lo más bello.

Lo sabemos los dos. Pero es muy grande

el vacío que se abre entre el amor

que se ha ido y el amor que aún no ha llegado.


¿Por qué llenarlo, pues, con la tristeza

si es posible colmarlo de sonrisas?


Si se ha ocultado el sol pueden los faros

del coche iluminar la carretera.

Mientras llega otro amor buscando el nuestro

juguemos, sólo juego, a enamorarnos.


Juguemos a querernos, sin querernos,

hasta el día en que alguno de los dos

vuelva a sentir amor por cualquier otro.

El amor es hermoso aun como juego.



José María Fonollosa

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