T. S. Eliot

  




Luna de miel


Ellos han visto los Países Bajos, regresan a Tierra Alta;

Pero una noche de verano, helos aquí en Ravena,

Cómodos entre dos sábanas, con doscientas pulgas,

El sudor estival y un fuerte olor a perra.

Reposan sobre las espaldas abriendo las rodillas

De cuatro piernas fofas todas hinchadas de mordidas.

Se levantan las sábanas para mejor rascarse

A menos de una legua de aquí esta Saint Apollinaire

En clase, basílica conocida de los aficionados

De capiteles de acanto que sacude el viento.

 

Van a tomar el tren de las ocho

Prolongar sus miserias de Padua a Milán

Donde se encuentra la Cenne y un restaurant barato

El piensa en las propinas y redacta la cuenta

Habrán visto la Suiza y atravesado Francia

y Saint Apollinaire, terco y ascético,

Vieja fábrica desafectada de Dios, mantiene aún

En sus piedras derrumbadas la forma precisa de Bizancio.


T. S. Eliot

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