Claudia Masin

 



La gracia


A veces, muy raramente, un encuentro nos conmueve

de una forma que no puede ser atenuada por el pensamiento

o el lenguaje. Es que trae una memoria

de lo que fue íntimamente conocido y deseado, pero ha sido

desplazado a un lugar inalcanzable, de donde no sabría volver

a menos que una persona -entre todas- lo llamara. Somos

criaturas tímidas que no han hallado, en respuesta

a su curiosidad, a su pasión por las cosas, más que daño

o rechazo. Como animales que han luchado demasiado por su vida,

no sabemos qué hacer con la alegría, y si llega,

seguimos huyendo para salvarnos. Si lográramos vencer el terror,

si nos quedáramos, podríamos recuperar algo

perdido hace tiempo. La dicha más plena es una dicha física

y debería producirse sólo una vez,

antes de que conozcamos las palabras. Su regreso es siempre

un instante de gracia que nos devuelve el amor con el que un día

la materialidad del mundo nos ha tocado.


Claudia Masin

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