Lea Goldberg
La muerte del cielo
El cielo ya murió.
El árbol agoniza.
¿Quién sabe?
Tal vez sea la piedra
la única que viva.
Sólo queda saber
si no la matarán
con toneladas de caminos
en los barrios nuevos.
Quién habrá de creer
que tuvimos un nombre
grabado en el cielo,
tallado en la madera
y en el centro de la piedra;
y que respiramos
y agonizamos
en una ciudad así.
Entonces ¿qué?
Desde hace tiempo
nadie me espera allá.
Y si no existe el mar,
¿qué naves partirán?
La senda breve,
la compañía escasa…
Entonces, ¿qué?
Una semana,
un mes,
un año más.
Lea Goldberg
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