Walter Lezcano



Mí vieja todavía no tiene casa


No es que viva en la calle

es que todavía no es dueña de ninguna de esas propiedades

que la gente llena de cosas inútiles

y les dice hogar.

Mi vieja alquila

y putea cada día de su vida

porque siente que tira la plata

que la desperdicia

que la regala.

Mi vieja estuvo averiguando

si el gobierno no le regala una casa

o al menos

le da un terreno

pero no tiene suerte con eso.

Mi vieja se muda cada dos o tres años.

A veces consigue casas lindas por poca guita

otras consigue casas que se caen a pedazos por poca guita

y a veces no consigue casa

y para en lo de alguna amiga.

Mi vieja sueña con su casa.

Creo que es lo único que la mantiene viva.

Cuando nos vemos me cuenta de dónde sería lindo vivir

de cómo organizaría los muebles

de cortinas hermosas cubriendo ventanales enormes

de ambientes cómodos

de patios y flores y techos de tejas.

Yo una vez escribí una novela

para mandarla a un concurso

que tenía como primer premio 50.000 pesos.

Me parecía que con eso le alcanzaría para cumplir

su sueño.

Pero la novela estaba muy mal escrita y no gané ni una mención.

Mi vieja sigue anhelando su casa.

Y yo lo único que pude hacer por eso es escribir un poema.

La poesía no sirve para nada.  

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