Elizabeth Bishop



Este arte de perder


No, no es difícil adquirir el arte de perder:

hay tantas cosas empeñadas en

perderse, que su pérdida no importa.

Pierde algo cada día, acepta el río

de llaves que se pierden, horas malgastadas.

No, no es difícil adquirir el arte de perder.

Practica entonces perder más, más rápido:

nombres, lugares, ¿para adónde ibas?

Ninguna de estas cosas es desastre.

Perdí el reloj de mi madre, y -fíjate- la última

o la penúltima casa querida que tuve.

No, no es difícil adquirir el arte de perder.

Perdí mis dos adoradas ciudades, e incluso

algunos sitios de los que era dueña, dos ríos, un continente.

Los echo de menos, pero no es un desastre.

-Incluso si te pierdo a ti (tu voz bromista, esos gestos

que adoro) no habré mentido. Es obvio

que el arte de perder no cuesta ni tanto adquirirlo

aunque por momentos parezca que (¡escríbelo!) sí es un desastre.


Trad. Fernando Pérez Villalón

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