Francisco Garamona




Mientras alguien

habla de poesía

hay gente afuera

mientras otros

se cuidan de la policía

hay gente afuera

cuando caen

las promesas derribadas

hay gente afuera

mientras un millón

de bombas atómicas

explotan en los corazones

igual que balas en el desierto

donde fusilaban los traidores

hay gente afuera

en el extrarradio

colmado de pecados capitales

y también de provinciales

hay gente afuera

en los municipios

en las panaderías

agolpados en los supermercados

buscando alimento donde sea

hay gente afuera

dando vueltas por las noches

extraviados en el día

durmiendo en el banco

de una plaza

hay gente afuera

amuchados en colchones

tiritando de frío

en la mañana blanca

cubierta por la escarcha

que sube desde abajo

con las caras borradas

acaso intercambiables

con sus palmas sin huellas

y sus dedos de hueso

brillando bajo la luna

hay gente afuera

guardan en sus cuerpos

un millón de grados

de separación

como si todo fuera

un efecto secundario

de la época que los atraviesa

hay gente afuera

en el subsuelo donde se extraen

los metales preciosos para construir

las joyas más excelsas

hay gente afuera

mientras unos chicos fuman

en la esquina sin pensar

en el futuro que les toca

y que sin embargo los espera

hay gente afuera

mientras alguien llama

después del mediodía

a la línea de asistencia al suicida

porque siente que ya no puede más

hay gente afuera

multiplicadas, sumadas

divididas, siguiendo el álgebra

de la necesidad más verdadera

hay gente afuera

exaltada y silenciosa

inmersa en pensamientos

obsesivos que taladran

su cabeza en callejones

llenos de basura

hay gente afuera

dicen que van

borrachos o drogados,

otros que tienen hambre

porque están aniquilados

tratando de cruzar una frontera

usando armas hechizas

hechas por ellos mismos

con palos, con picos

con fierros, botellas

marchando

extraviada guerrilla

que hace un alto en las sombras

de una vieja palmera

¿por qué mi amor?

hay gente afuera

hay gente afuera.

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