César Tiempo



Ayer y hoy


Allá en los claros días de mi infancia lejana,

en el muelle sosiego de la vida aldeana

mi alegría era mía y mío mi nombre;

creía que la bestia se distinguía del hombre

e ignoraba la angustia del incierto mañana.


Hogaño en el estrépito de la ciudad ferviente

mi oscura vida añora la claridad ausente,

debo entregar mi dicha y enmascarar mi nombre,

complacer a la bestia que se transforma en hombre

y padecer mi pena desoladoramente.

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