Williams Shakespeare

 


Soneto 13


    ¡Oh! ¡Si vos, fuerais vuestro! Pero, amor, voz seréis,

de voz tan solamente, mientras viváis aquí.

Contra el final cercano ya debéis prepararos,

plasmando en algún otro, vuestro dulce semblante.


    Así, aquella belleza, que vos gozáis a préstamo

no hallaría final. Entonces volveríais,

a ser vos, aún después, de vuestra propia muerte,

ya que la dulce prole, tendrá tus mismas formas.


    ¿Quién deja derrumbarse, un hogar tan hermoso,

que un regente viril, con honor mantendría,  

contra los elementos de un cruel día de invierno,

y el estéril rencor del frío de la muerte?


    Sólo un derrochador y tú, amor, bien lo sabes:

Vos tuvisteis un padre, que a ti, te nombre un hijo.


Traducción de Ramón García González

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