Leopoldo Panero



En esta paz del corazón alada…


En esta paz del corazón alada

descansa el horizonte de Castilla,

y el vuelo de la nube sin orilla

azula mansamente la llanada.


Solas quedan la luz y la mirada

desposando la mutua maravilla

de la tierra caliente y amarilla

y el verdor de la encina sosegada.


¡Decir con el lenguaje la ventura

de nuestra doble infancia, hermano mío,

y escuchar el silencio que te nombra!


La oración escuchar del agua pura,

el susurro fragante del estío

y el ala de los chopos en la sombra.

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