Guillermo Bawden

 


Últimas noticias del imperio


Ey, Allen

Yo también me emborrache en la calle Narodni

pero ya no había policías de civil

husmeando entre las mesas

Y cruce también el puente de Carlos hacia los cafés del Centrum,

camino a Malastrana

Vi tetas blanquísimas, enrojecidas por el sol

y ojos gatunos, verdes, filosos como cutters

Sentí el sol de la mañana y me refresque la cara en el Moldava

antes de persignarme por primera vez en quince años y entrar

en la Capilla del Santo Niño de Praga

Ey, Allen

Vengo de tan lejos

a tomar mi cetro de Rey de Mayo

Estoy listo para hacer el camino empedrado

desde los monasterios ortodoxos

hasta el reloj lunar

listo, para esperar la lluvia

entre las lápidas amontonadas del cementerio judío

listo para poner el papel bajo mi lengua,

sabiendo que hay ventanas donde un ángel espía el occidente

Estoy listo para las cucarachas y para el oro

¿Cómo iba yo a saber cuándo me echaron del Partido

que en realidad era un ojo astronómico

que era alquimia y kabala

más que revolución y arte a favor de

Vengo de tan lejos

estoy en Praga 

Ya me han puesto la capa de terciopelo rojo

soy el Rey de mayo

Kraj Majales gritan los músicos al costado del puente

Kraj Majales gritan los mozos de los cafés eslavos

y los actores del teatro negro

Mi primera noche allí, perseguí a una actriz de pelo rojo

solo para olvidar mi ciudad sin tejados

para sortear las cunas de niños muertos

para lamer el rocío y ahogar el vomito del absenta

viña verde de locura

Esa misma noche, prima nocte, borracho bajo la llovizna

volví a desear todas y cada uno de las bocas

de las mujeres que tuve

de las que tendría y aún no besaba

de las que tendré y aún no conozco

Ey Allen, ya no hay interrogatorios

ni temor, sólo anonimato

silencio y televisores de plasma y habitaciones de hoteles

sobrias pero ya no socialistas

Dirán lo que quieran, Allen, pero la dictadura de lo anodino

es peor aún que la de los desfiles de misiles transatlánticos

Ey, Allen

Cómo hacemos los de la medianía,

los del pobre talento, los muchachos comunes

de barrios comunes, con rostros comunes

y ojos comunes

para salvar una frontera

para flanquear a la broma y aparecer a su espalda

Allen, seguí sin pasión de fan tu paso de pastillas,

la catarata de palabras corriendo entre el beboop

y el viejo tesoro de la insania

Pero no alcancé a visitar la locura, más que unos meses

y solo encontré tristeza, gente de rodillas, acabada,

arrastrada por la fuerza, sólo fichas fuera del tablero

No hay santidad en nuestros dedos

ni santidad en las prisiones,

No hay santidad en el eco de lo blasfemo

ni en la coda perdida de la depresión clínica

Intenté el amor Allen y me reveló mi costado

de hombre desbocado

Ey, Allen, ¿Dónde está Whitman ahora?

¿Se perdió en los supermercados? ¿te perdiste con él?

¿se hundieron ambos en esas ciudades llenas de tontos?

Los busco en el barrio de oro, en el Castillo de la ciudad,

Los busco en la judería y en el surco que dejo el tanque soviético

sobre la plaza principal

Ey, Allen, Ey, Walt

La literatura falló,

la poesía falló,

el amor falló,

yo fallé

¿En que tejado me aguarda mi barbárico alarido?

¿En que lugar pasea la mujer nacida en mayo que será última mujer?

Kraj Majales, gritan las esquinas curvas de Praga

Kraj Majales gritan los que viajan al sur porque creen que eso

simula de algún modo el acto de bajar

Yo nací en mayo, en el sur, en la certeza del barro sur, hay para mí

un signo, un símbolo, un tótem

Kraj Majales, Rey, Rey de mayo, mano muerta,

primogénito del carnaval

hijo de la máscara que esconde la oscuridad en la risa obscena

Kraj Majales me grita el mozo que deja frente a mí

el vaso repleto de verdes demonios

De eso que huyes, dice,

no se huye moviéndote ni empalagándote de tejados y cabelleras rojas

de eso que huyes, repite,

no se puede huir

Ey, Allen, yo también me perdí en la noche

pero carezco del don para decir

en que dínamo de la noche

me encuentro

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