Darío Rojo

 


Una tabla sostenida por monstruos marinos


eso es el fin. Pero al no poder soportar

una verdad tan simple

tuvimos que inventar la noción de infinito.

Un complejo sistema de combinatorias que sólo

es posible cuando olvidamos el par de tortugas

que todo lo sostiene: una de espaldas a la otra.

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