Entradas

Mostrando las entradas de abril, 2024

Daniel Arias

Imagen
Es el tiempo que se estira en mi garganta y me devuelve las gasas del silencio el crepúsculo acuchilla en el cielo un pájaro de fuego giro en tu nombre y por mis ojos crece el trapecio violeta de la tarde Daniel Arias  

Claudia Caisso

Imagen
  Venecianas Sé que ya no me piensas cuando veo las lavandas hacerse legendarias. Entonces irrumpen los caminos de la abeja moviéndose sobre una cinta de Moebius para abrir el punto de fuga de la literalidad que a veces hay en las palabras mientras el aire mece el recuerdo de tus pasos circulando entre las puertas esgrimiendo el tránsito en espiral de la luz de arriba hacia abajo… Veo agitarse una hilera de plantitas de nácar tus bostezos sin urgencia la vitalidad con que juegan en el jardín de la otra orilla varios chicos cuando caen se ríen y después se levantan. Ya no me piensas, lo sé: converso con la materialidad de tu ausencia para que mi voz no enmudezca y me abrigue de la intemperie la imagen del pequeño espacio entre “lo restante y lo restado” donde escribía Lezama cerca de la cocina en la casa de calle Trocadero en la médula de las apetencias allá, en La Habana. Con el dolor hago una lista que ojalá fuera margen y bordado para que el acto de mirar tus cosas últimas no generar

Alicia Silva Rey

Imagen
  15- Aquel color, ese olor, las partes húmedas y blandas del ojo con el vino en los labios, la sangría en su jarra empañada, y las palabras vulgares que al cuerpo descontentan. Cómo pudiste perder el cuerpo a cambio de una lengua cerril. De esas memorias tristes han nacido estos partos, necesito aguas, preciso que otras rompan aguas por mí. Alicia Silva Rey

Mariano Blatt

Imagen
Poema  Todo el tiempo lo que decía era como si fuera diciendo una           poesía o como que estaba por empezar a decirla, pero capaz ya la había dicho iba por el final capaz por el principio o una sola poesía larguísima del tamaño de todo lo que decía siempre que hablaba yo lo escuchaba y decía para mis adentros eso es poesía eso también poesía, poesía más poesía otra poesía eso que dijo fue poesía. Mariano Blatt

Adrienne Rich

Imagen
En un concierto de Bach Atravesando la ciudad en una noche de invierno Dijimos que el arte y la vida son polos opuestos. Aquí nos acercamos a un amor que no conoce la lástima. Esta anciana disciplina, severamente tierna, Renueva la creencia en el amor y sin embargo controla el sentimiento, Convirtiendo lo que soportamos en una bendición. La forma es la ofrenda más grande que el amor puede ofrecer - La unión vital de la necesidad Con todo lo que deseamos, todo lo que sufrimos. Un arte demasiado compasivo es apenas un arte a medias. Sólo tan altiva y comedida pureza Restaura el demasiado traicionado corazón humano. Adrienne Rich

Fabián Casas

Imagen
Esperando que la aspirina Esperando que la aspirina empiece a trabajar, que acomode los cuartos, que revuelva el café y que traiga a mi madre, fresca, a esta tarde de agosto, hojeo revistas estúpidas, escucho discos viejos me pregunto en qué momento los dinosaurios sintieron que algo andaba mal. Fabián Casas

Osvaldo Lamborghini

Imagen
  Otra Otra, tal vez, otra rima: Dala a la pérdida por perdida. Un ladrido al que no hay perro que lo exprima. En la boca chula de Adonai así se llamaba la vida: —“Mal que no se halla contra”— No le tengas, gas, grima a la gloria roja del homicida: de su matriz se la despoja más la crin (lacrima) de una potra. La grima íntima intimida y sin música sonroja. Osvaldo Lamborghini

María Teresa Andruetto

Imagen
  Kodak Yo miraba, tras la lente de una Kodak con la que él sacó fotos de la guerra, antes que la muerte disolviera sus pupilas y delegara en mis ojos el dolor de mirarme devastada por la ausencia. María Teresa Andruetto

Judith Filc

Imagen
Umbral Atardece. Las puertas se abren. Los cuerpos son marea que aterriza ajena a la puerta inmóvil. Anochece. Hay cuerpos dormidos junto a la puerta inmóvil. Judith Filc

Natalia Litvinova

Imagen
Chernóbil Hay días blancos y días negros, antes de mi nacimiento un día negro explotó, y mi abuelo no vio más colores. Los sobrevivientes pudieron escribir su nombre en la ceniza y volver a la oscuridad del hogar. Natalia Litvinova

Paco Urondo

Imagen
Carlos Gardel  Extranjero del silencio en el mundo arrasado; vertiente de la extrema melancolía y del coraje y de la velocidad del amor y del miedo. Dueño de la ciudad, de su memoria blanda y de la madrugada hambriente y sin sentimientos y de la suprema cordura de los vagos. Cómplice de los encuentros, de la grapa que nos hizo hablar, loco de la noche, despreocupado amigo del alba, señor de los tristes. Paco Urondo

Martín Rodríguez

Imagen
  Puñal Estoy completo, sé lo que me falta. Me miro las manos. Y no tienen callos. No tocaron cosechas. Me falta una tierra con el talón rojo. Me falta una tierra sin árbol, sin cosecha, sin gajo. Me falta una iglesia agraria, humilde, caminar a ciegas con el puñal hundido, para que el chorro de sangre libere a la criatura Me falta el puñal del corte clavado en el ombligo. Un jardín talado. Me falta cortar todas las flores. Olerlas, y que me huelan hasta hallar al niño que las huele por primera vez. Martín Rodríguez

María del Carmen Colombo

Imagen
  La familia china Todas las noches, la madre china pone su mente adentro de una copita quieta. La llena con sus diminutos pensamientos de alfiler. Es de jade, la copita, y parece un párpado vaciado por la punta de una vara de bambú. Puede ser también un pájaro mudo que se sostiene en una sola pata de gallo. La mente maternal imita el salto de los equilibristas, esos que tiran el alma por el aire y cae, hecho un bollito, en las aguas secas del vacío. A la mañana, la mente china sale lívida del párpado, como un pez o un ánima que ha vagado por los vericuetos del limbo.  María del Carmen Colombo

Germán Arens

Imagen
No nos mirábamos casi nunca, en el campo no se hace más que buscar el horizonte. La llanura se mezcla con el cielo y hay un momento en que el movimiento del cuello se vuelve imperceptible. Cómo andan las cosas por el pueblo preguntábamos al que llegaba. Cuando se hacía de noche aparecían las estrellas y con ellas la duda de haber pasado el día entero mirando hacia arriba. Germán Arens 

Miguel Gaya

Imagen
Fernando Pessoa se lamenta por sus heterónimos Todo se lo llevaron. Mis mejores ropas, mis modales, las palabras del manantial secreto. Esa mañana que no le he ofrecido a nadie uno de ellos la arrojó al mundo, a las bestias y los periódicos. ¡Mi secreto de dandy! ¡Mis ridículas poses ante el espejo! Mis inexistentes cartas de amor.   Por donde avanzo, ellos se han adelantado quemando la hierba, convocando a las gentes con artificios de circo y de matones. Llego cuando la estación de trenes está vacía, los brindis acabaron y el último camarero me mira a través de la puerta, descortés y hastiado. Adiós, me señala con la mano, ya no abrimos hoy.   Cada uno de ellos a cada uno de los cuatro vientos y confines. Adiós, me dicen también, no te recuerdo.   Entraron a saco en mí, me dejaron como un espantapájaros. Seco. Viejo.   He vivido la vida que más horror me dio. Me afané por las calles de Lisboa y no conocí otras. Cada adoquín fue granito, cada fachada una máscara, cada máscara, espejo.

Atahualpa Yupanqui

Imagen
El arriero En las arenas bailan los remolinos, El sol juega en el brillo del pedregal, Y prendido a la magia de los caminos, El arriero va, el arriero va. Es bandera de niebla su poncho al viento, Lo saludan las flautas del pajonal, Y animando la tropa par esos cerros, El arriero va, el arriero va. Las penas y las vaquitas Se van par la misma senda. Las penas son de nosotros, Las vaquitas son ajenas. Un degüello de soles muestra la tarde, Se han dormido las luces del pedregal, Y animando la tropa, dale que dale, El arriero va, el arriero va. Amalaya la noche traiga un recuerdo Que haga menos peso mi soledad. Como sombra en la sombra por esos cerros, El arriero va, el arriero va. Atahualpa Yupanqui

Santiago Llach

Imagen
Manifiesto de la literatura del yo Poetas, abandonemos el secreto profesional. Las tecnologías del yo nos sacaron la careta. Los gigantes digitales le entregaron la literatura a la gente común. Mientras persistimos en el capricho de la demora y de la pausa, los poetas de Instagram postean sus epifanías y los poetas de tuiter inventan heterónimos y los poetas de facebook descubren las venas abiertas de su sensibilidad. El verso libre ha muerto; que viva el verso libre. La inmortalidad ha muerto; que viva la inmortalidad. Hoy la poesía muere y vive todos los días en el latido de los bits. Poetas, hemos perdido la partida. Poetas, hemos ganado la partida. Poetas tecnocráticos que hacen propaganda del capitalismo posteando fotos de  carne asada en parrillas de PHs de Villa Urquiza, poetas heroicas que cursan la difícil maternidad de esta era, poetas feministas de la vida es mucha queridas y temidas, poetas infiltrados en la literatura de denuncia, poetas de la transición analógica, poetas

Joaquín Areta

Imagen
Quisiera que me recuerden Quisiera que me recuerden sin llorar ni lamentarme quisiera que me recuerden por haber hecho caminos por haber marcado un rumbo porque emocioné su alma porque se sintieron queridos, protegidos y ayudados, porque interpreté sus ansias, porque canalicé su amor. Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices, la seguridad de los justos, el sufrimiento de los humildes. Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores, con comprensión por mis debilidades, con cariño por mis virtudes, si no es así, prefiero el olvido, el más duro castigo por no cumplir con mi deber de hombre.  Joaquín Areta

Paula Cantarero

Imagen
Miedo He dejado de fumar por miedo. Miedo es el perfume que ahora usamos. Pienso en la elección de las palabras en el papel. Pienso en la elección de las palabras en la mente. Pienso que las personas que se dedican al diseño de ambientes deben ser más felices que los que hilamos palabras en el aire, que los que echamos palabras en la mente, que los que trabajamos de ensuciarlo todo. Dejé de fumar porque tengo miedo de la muerte. Dejé de fumar porque no hay respiradores. Dejé de fumar porque aquí nadie sobra y mucho menos la madre de la casa. También solté las piedras y guardé las armas. Para andar más liviana. Paula Cantarero 

Miguel Martínez Naom

Imagen
  Hijos del exilio Los hijos del exilio somos huesos rodantes Nadie pregunte lo que soñábamos Siempre estábamos lejos y ahora todo nos queda lejos. Fuimos dulces bajo las palmeras y la nieve nos hirió el idioma. Fuimos los casettes que cuentan ahora lo que jugábamos o lo que comíamos y siempre estábamos divinos en la foto y cerrábamos los sobres para los abuelos con ganas de meternos adentro como enanos manuscritos   Miguel Martínez Naom

Javier Adúriz

Imagen
  Puerta Ahí estás, cerrada igual que un párpado, como si detrás no hubiera un evaporado país, tronar de un corno de la fantasía: llanura, mueca o sonrisa para cada ahogado acontecer. Raja, con esplendor vibrando en el hábito de lo efímero, cada línea, cada línea, como el dolor pidiendo aire, corriendo el cerrojo de una indestructible eternidad desmantelada. Javier Adúriz

Ismael Ramos

Imagen
  IV Dios nos ha dado manos para pedir limosna y amasar pan. Una boca grande llena de hambre distinta del bocado exacto del pájaro. Ismael Ramos